Los 51 violadores de Gisèle Pélicot no son monstruos: por qué la conmoción puede ocultar lo más importante
Ante un caso tan extremo muchos pueden decir que ‘no todos los hombres’ hacen ‘esas cosas’, porque lo monstruoso siempre parece una excepción; pero el problema es que la violencia machista es la norma y es ejercida por hombres, y no por monstruos